Los pasados terremotos del 7 y 19 de septiembre han sacudido a nuestro querido México y han dejado en nuestros corazones una sensación de incertidumbre, desarraigo y vulnerabilidad. Es gracias a esta última que nuestros corazones han sido tocados y llamados para contribuir de inmediato con lo que sea que podamos ayudar…

Afortunadamente, el aire de hermandad y cooperación que se respira ahora, rebaza cualquier intento de aprovechamiento de la crisis para lucrar con ella. Tomará meses recuperar la vida cotidiana de muchas comunidades y por lo mismo, el deseo de ayudar tiene que seguir fluyendo.

En estos últimos días, he salido caminando a la calle y siento el impulso de abrazar a cualquier persona con la que me atravieso para decirle “comparto el mismo sentimiento que tú.” Es una condición inusual en mi que me llama la atención y que me gustaría conservar, aun cuando lo peor haya pasado… Intuyo que si tal noción permanece en mi, abrirá paso a mi propia transformación y generará un impacto positivo importante en todo lo que haga. Pero la pregunta prevalece, ¿cómo hacerle?

El punto de arranque ya lo tenemos, sólo es cuestión de hacer contacto con “eso” en uno que siente por el otro, que quiere ayudar. ¡Cierra tus ojos y hazlo! Registra la sensación en tu cuerpo. ¿Dónde se siente más? ¿Qué característica tiene dicha sensación? ¿Cómo se siente tu corazón? ¿Cómo se manifiesta en tu respiración? Realmente avócate a extraer la sensación y permite que se garbe en ti.

Ahora, en los días subsecuentes, repite el ejercicio, déjate sentir nuevamente. En seguida, piensas en alguna acción que puedas llevar a cabo, basada en la misma sensación. Puede ser una llamada para hacer contacto, un cumplido sincero, un abrazo, una mirada a los ojos o simplemente una sonrisa. Repítelo todos los días, procurando que estas acciones se multipliquen eventualmente, hasta convertirse en una forma de vida, pero no dejes de hacer ese contacto primordial contigo, con la sensación que ya conoces. Ese es tu recuerdo, ese es tu motor.

Recuerda, el impulso ya lo tienes, la sensación ahora está a “flor de piel.” Este es el momento de impregnarte de altruismo y humanidad, de empatía y hermandad. Deja que penetre cada célula de tu Ser para que dicha impresión alimente todos los días del resto de tu vida.

Namasté.

P.D. Te comparto esta sesión de 3 minutos de respiraciones para calmar tu sistema nervioso y restablecer tu balance. Con todo mi cariño… Ver video

Miriam Hamui

Autor: Miriam Hamui

Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com

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