kosh1Siéntate por unos instantes sin moverte y cierras tus ojos. ¿Cómo percibes tu mente? Es muy probable que la misma actividad que existía en ella antes de hacerlo continúa, sólo que ahora se vuelve más notoria dada la inactividad del cuerpo y la falta de estímulo visual. Las historias se siguen creando, las imágenes incipientes se siguen ligando, incluso sin necesidad de  estímulo adicional por parte de los sentidos.

¿Quién dice que meditar da paz? Aún así, y desde los tiempos más antiguos siguen habiendo personas interesadas en involucrarse en esta práctica. ¿Por qué?

Con la vida misma hemos comprobado  que los acontecimientos van cambiando continuamente y a lo que le poníamos valor en algún momento, repentinamente cae de nuestro interés para ser reemplazado con otra idea, en otro momento. Este intervalo entre ideas valoradas se ha acortado severamente en estos tiempos, dónde el bombardeo excesivo de información proveniente de los medios acaba por saturar nuestras mentes, muchas veces al punto de confundirnos.

Desesperadamente queremos un punto de referencia, una constante inmóvil que nos brinde estabilidad y nos permita percibir el mundo con claridad.

Los conceptos de D-os, El Creador, El Absoluto, etc. han sido creados para saciar esta necesidad de reencuentro, acojo, base, sin embargo siguen siendo eso: fabricaciones mentales para poder entender lo inexplicable. Aún sin dudar de la existencia de “algo” más grande y sublime que el propio Ser y todo cuán lo rodea, los antiguos precursores del Hinduismo y Budismo, dieron un paso adelante buscando eliminar el concepto mismo, con la intención de percibir con última claridad lo que es.

Aquí es dónde entra la meditación: una actividad que pretende, de la manera más simple posible, calmar el movimiento mental sin que los nuevos estímulos inevitables influencien, incluyendo nuestra propia idea de lo que significa la Paz y el deseo de adquirirla. Se puede decir que se busca un lugar neutro, puro y claro, dónde los objetos, son revelados por sí mismos, sin nuestra intervención intelectual o emocional. Pero el verbo “buscar” y el sustantivo “lugar” también debieran eliminarse de la actividad, ya que connotan un objetivo y el objetivo mismo “obscurece” lo que toca ser percibido.

Si este tipo de actividad te intriga, mi sugerencia es: sólo siéntate. Puede ser en el suelo o en una silla cómoda, mas no acostado(a), ya que corres el riesgo de quedarte dormido(a) y ya no estás en el estado necesario para darte cuenta de lo que toca ser manifestado. La misma postura sentada es una situación dónde el cuerpo quieto le indica a la mente que haga lo mismo, o al menos se acerque a eso. ¡Pero también resulta difícil mantener el cuerpo quieto! Es muy probable que después de cierto tiempo de inmovilidad el cuerpo se incomode, perturbando aún más la mente.

Entonces, ¿cómo abordar la práctica? Para empezar, y el punto más importante, es concebir la práctica como un proyecto 100% personal. La cualidad única de cada persona produce formas únicas de abordar la práctica. Aún así, enumero aquí algunos puntos claves y generales que he descubierto con mi propia práctica:

Construye tu meditación poco a poco en el tiempo. Ten en cuenta que toma tiempo para que el cuerpo se acostumbre a quedarse quieto en una sola postura. Por otro lado, es posible que la mente no esté acostumbrada a la falta de estímulo.

Sé compasivo contigo mismo, no te compares con nadie. Sólo tú puedes saber el tiempo adecuado que dedicas a la práctica, de acuerdo a tus características peculiares (que las estarás descubriendo conforme practicas), y también de acuerdo al estado en que te encuentras cada vez que te sientas.

Sé tenaz y constante. Sólo la repetición te ayudará a desarrollar y de ella recibirás los aprendizajes que la práctica tiene para ti.

Negocia contigo mismo. Yo, por ejemplo, comencé mi práctica con el siguiente acuerdo personal: cada vez que me sentaba no me exigía ningún tiempo determinado a cumplir, sólo registraba el tiempo transcurrido después de haber abierto los ojos (al principio nada más eran 3 minutos!). A cambio, me dispuse a repetir la práctica todos los días sin fallar. Crea tu propia estrategia de negociación!

Ante todo, disfruta! Finalmente fuiste tú mismo quien, a partir de una curiosidad personal, decidiste emprender este viaje. Más allá de cómo practiques y cuánto dures, lo más valioso que te llevas de todo esto es el inicio de un diálogo personal que tiene la facultad de quedarse para siempre y apoyarte en tu desarrollo como persona viviendo despierta!

Ilustración por: Alin Guindi

Miriam Hamui

Autor: Miriam Hamui

Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com

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2 thoughts on “Cultivando la meditación

  • 22 22America/Mexico_City junio 22America/Mexico_City 2013 at 21:23 09Sat, 22 Jun 2013 21:23:07 -050007.
    Permalink

    Miriam gracias por los consejos sencillos pero sabios. Un abrazo Elisabeth

    Enviado desde mi iPhone

    El 22/06/2013, a las 11:09, miriamhamui escribió:

    > >

    Reply
    • miriamhamui
      22 22America/Mexico_City junio 22America/Mexico_City 2013 at 21:25 09Sat, 22 Jun 2013 21:25:31 -050031.
      Permalink

      Elisabeth, gracias por tu opinión! En realidad, la práctica de meditación debe conservares simple para que la experiencia en el practicante sea amigable. Disfruta tu meditación!

      Reply

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