images¿Recuerdas tu primera clase de yoga? ¿Cuál fue tu sensación al desenrollar tu tapete y pararte sobre de él? Qué tipo de preguntas te surgieron: ¿podré hacerlo? ¿importa que no sea yo flexible? ¿le entenderé al concepto? ¿me gustará?

Lo que sí es un hecho es que la curiosidad te puso ahí.

Tristemente, aquella curiosidad que motiva, que mantiene la mente continuamente indagando, fácilmente se desvanece en el momento que pensamos que ya sabemos lo que estamos haciendo.

¿Y cómo revertirlo? ¿Cómo recuperar nuestro espíritu inquisitivo para descubrir lo que nunca hemos imaginado acerca de la práctica y nuestra relación con ella?

Te propongo observar a cualquier niño jugando, entre más pequeño, mejor… incluso un bebé puede enseñarnos mucho acerca de cómo la curiosidad juega un papel principal en el entendimiento de nuestro cuerpo, sus capacidades y nuestras respuestas mentales y emocionales ante él. Por ejemplo, a un bebé no se le puede enseñar a caminar, simplemente lo descubre a partir de diferentes patrones de movimiento que va desarrollando a lo largo de su infancia y que poco a poco construyen el acto complejo de caminar. Todo esto no sería posible si no existiera en el ser humano la curiosidad. Me atrevo a decir que esta cualidad nace de nuestro espíritu.

Los yoguis de la antigüedad lo sabían: si se ha de desarrollar algún sistema de prácticas para serenar la mente y así acercarse a la auto realización, habría que experimentar – ensayo y error – para entender mejor los componentes burdos y sutiles que conforman al Ser.

Un ejemplo ilustrativo sería la invención de las posturas de yoga (asana). El objetivo de estas siempre fue asistir al practicante a meditar y subsecuentemente entrar en estado de samadhi, o absorción pura. El yogui entendía que si su cuerpo permanecía estable y cómodo por largos periodos de tiempo, su mente podría adoptar la misma serenidad para su desaceleración eventual. Las primeras posturas fueron las clásicas: sentarse con las piernas cruzadas en sus diferentes variantes: sidhasana, padmasana y svastikasana. Poco tiempo después, los tratados de hatha yoga desarrollaron decenas de posturas (e incluso se mencionan cientos de ellas no descritas). Sin embargo, estas se desvían del objetivo original de meditar y responden más hacia la conservación de la salud.[1]

He aquí una muestra de cómo la indagación está embebida en nuestra naturaleza humana. Incluso podemos ver en la actualidad cómo se siguen desarrollando posturas y métodos, porque en realidad, la auto realización podrá ser una, pero los caminos serán siendo infinitos.

Si te has iniciado en yoga, ten presente que tu camino será tan único como el ser que eres tú. Ese camino lo abrirá continuamente tu curiosidad, la misma que te guió para conocerte a ti y al mundo durante tu infancia y niñez, y la que sigue latente en ti, porque como lo mencioné antes, ¡es tu espíritu mismo!

[1] Varenne, Jean, Yoga and the Hindu Tradition

Miriam Hamui

Autor: Miriam Hamui

Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com

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4 thoughts on “El yoga es juego de niños

  • 07 07America/Mexico_City septiembre 07America/Mexico_City 2015 at 09:38 09Mon, 07 Sep 2015 09:38:45 -050045.
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    Precioso artículo para empezar la semana. Muy cierto el hecho de que para muchas cosas funcionamos como niños, y si, muy real el que cuando creemos que ya sabemos algo, pierde para nosotros un poco de esa chispa. Asi es la naturaleza del ser humano, asi es la vida, ojalá pudieramos conservarla para motivarnos cada vez que lo necesitáramos.

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    • Miriam Hamui
      07 07America/Mexico_City septiembre 07America/Mexico_City 2015 at 09:46 09Mon, 07 Sep 2015 09:46:50 -050050.
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      Claro que podemos conservar la curiosidad, Dalia! Precisa entrenar la mente para ponerse en ese lugar donde no lo sabemos todo. Es cuestión de humildad… Gracias por compartir, Dalia!

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    • Miriam Hamui
      07 07America/Mexico_City septiembre 07America/Mexico_City 2015 at 09:46 09Mon, 07 Sep 2015 09:46:50 -050050.
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      Claro que podemos conservar la curiosidad, Dalia! Precisa entrenar la mente para ponerse en ese lugar donde no lo sabemos todo. Es cuestión de humildad… Gracias por compartir, Dalia!

      Reply
  • 07 07America/Mexico_City septiembre 07America/Mexico_City 2015 at 16:53 04Mon, 07 Sep 2015 16:53:17 -050017.
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    Que bonita analogía… Ojalá nunca perdamos ese espíritu de niños que nos permite descubrir cosas y sentimientos nuevos cada dia, no perder esa curiosidad y esa sensación de hacer algo por primera vez.
    Gracias por compartirlo!

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