Existe-realmente-el-suero-de-la-verdad-2Si has visto algo con tus propios ojos, ¿lo considerarías como certero? Piénsalo dos veces… Cuándo escuchas la narración de un suceso de alguien que estuvo en el lugar de los hechos y luego escuchas la versión de otro testigo, invariablemente encontrarás diferencias, cuán mínimas sean. Entonces, qué te hace pensar que lo que has visto con tus propios ojos es 100% verídico?

En los Yoga Sutra de Patanjali, tratado del Yoga Clásico, se establecen 8 ramas o prácticas para refinar la percepción, o más bien, para permitir que las cosas revelen su propia forma, sin intervención de nuestra mente. Estas ramas tienen un orden especifico que van de lo práctico a lo más profundo de nuestro existir. Si las partes prácticas dejan de procurarse, difícilmente se puede ahondar en el entrenamiento de nuestras mentes.

La primera de estas 8 ramas son los yamas que consta de diez observancias éticas en torno a nuestra relación con nuestro entorno y con nosotros mismos. Estas también tienen un orden específico y la segunda en importancia, después de ahimsa (no dañar) es satya: veracidad.

A simple vista, satya sería una observancia obvia y fácil de ejecutar, sólo basta con hablar y actuar sobre lo que hemos comprobado con nuestros propios sentidos o, en términos más simples, equivale a “no decir mentiras”. Pero la información que captamos del exterior tiene que procesarse en la mente para poner en algún lenguaje compresible lo que acabamos de percibir. Es en este intervalo del curso dónde entran todas las variables.

Nuestro estado general, en el momento que presenciamos un objeto o un suceso, nunca será igual. Piensa en un espacio que frecuentabas cuando eras niño o niña y nota cómo la sensación de él cambia radicalmente cuándo lo revisitas varios años después, en tu edad adulta. Para formular nuestra percepción entran en juego muchos factores: la percepción de nuestros sentidos, emociones, deseos, conocimientos previos y estado de ánimo influyen en la idea que formulamos acerca de la hay frente a nosotros.

Es por esto que el yoga no se queda en la superficie, sino que precisa que nos dispongamos a limpiar y corregirnos constantemente en nuestra mente para percibir lo más cercano a la verdad posible. Siempre hay muchas preguntas que nos podemos hacer para deliberar desde dónde estamos percibiendo nuestra realidad, y al cuestionarnos, simultáneamente nos corregimos, y es así cómo evolucionamos.

Lo mismo aplica para cuándo percibimos nuestro interior. La frase “el cuerpo no miente” es relativa ya que otra vez, la mente necesita descifrar. Pero si nos abstuviéramos de etiquetar lo que estamos sintiendo y solos nos dispusiéramos a atestiguar nuestras sensaciones, se generaría un entendimiento puro en nosotros, mucho más cercano a la sabiduría. Por ejemplo, todos hemos sentido “amor” expresándose dentro de nuestro cuerpo y posiblemente con diferentes matices, así de preciso. Si dejamos la experiencia en sensación, sabríamos con toda certeza, en el momento que estuviésemos experimentándola nuevamente, que tal información no descifrada es 100% verídica. Así de reales podemos ser en nuestra percepción…

Con la auto observación, la misma práctica de yoga afina nuestra sensibilidad. Sin embargo, debemos cuidar de no engancharnos con lo que estamos percibiendo, simplemente porque sentimos mucho, ya que esto representaría una forma de apego y resultaría en una hipersensibilidad que sólo nos dañaría. La sensibilidad sirve para ahondar en el proceso de un entendimiento objetivo, modularla es clave.

Y ahora te pregunto, ¿estás dispuesto(a) a acercarte a la verdad con la profundidad que ello implica? Yo te invito…

Miriam Hamui

Autor: Miriam Hamui

Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com

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