A nadie la gusta sufrir, ¿cierto? Pues te sorprenderás si sólo observas cómo es que las personas, y nosotros mismos, tendemos a causarnos sufrimiento gratuitamente. ¿Qué ganamos con ello? ¿Atención? ¿El refuerzo de alguna idea preconcebida?
Hay una diferencia clara entre “dolor” y “sufrimiento”. El dolor es una sensación física, el sufrimiento es el ingrediente mental y emocional que le agregamos al dolor (consiente o inconsientemente).
En los Yoga Sutra de Patanjali, hay un aforismo que dice: heyam dhukam anagatam, que significa: el sufrimiento puede ser evitado. Si practicamos yoga con la intención de desacelerar la mente para volvernos personas más contentas y con una visión más objetiva de las cosas, la práctica de este aforismo se vuelve indispensable.
Solamente, mientras nos desempeñamos sobre el tapete, nos podemos hacer las siguientes preguntas: ¿Me ayudarían unos blocks para realizar esta postura? ¿Es necesario para mi, en este momento, realizar la postura completa? ¿Me ayudaría a sentirme más cómoda y confiada si usara un tapete más grueso? ¿Hasta dónde es correcto para mi sostener la respiración? etc. Todas estas preguntas que elegimos hacernos de instante a instante son completamente personales. Ahora imagínate las preguntas que te puedes hacer durante el día: ¿Me conviene entrar en esa discusión? ¿Qué tal si salgo 10 minutos antes de lo que acostumbro para evitar estresarme en el tráfico? ¿Y si hago una, dos o tres cosas menos de las que me propuse para hoy, qué es lo peor que puede pasar? etc.
El Buddha decía que el dolor es inevitable, pero que el sufrimiento, agregado por la mente, es opcional. Claro está que evitar el sufrimiento implica un trabajo personal honesto y sobretodo, comprometido. Pero, ¿a caso no merece la pena realizarlo todos los días de nuestra vida? O preferimos, en su lugar, ser arrastrados por las circunstancias de la vida? La elección es nuestra…
Autor: Miriam Hamui
Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com