Unknown¿Qué emociones te llegan cuando te lesionas? Puede haber preocupación y/o agonía, pero invariablemente hay enojo. A nadie le gusta lesionarse, ya que implica una interrupción de planes, aunque sea parcialmente. El enojo puede crecer a tal grado que comience a interferir en el proceso de sanación, exacerbando aun más el dolor. ¿Has estado ahí?

Asombrosamente, las lesiones siempre sanan, parcial o totalmente, ya que esa es la tendencia del cuerpo: regresar de la mejor manera al equilibrio.

¿Pero qué pasa en el tiempo que transcurre entre que nos lesionamos y nos recuperamos? Por lo general hay una disparidad entre el tiempo en que queremos sanar y el tiempo real de sanación. Siempre será más corto el primero, ya que está fuertemente influenciado por nuestro deseo de ya estar bien. Esta disparidad es la que produce estrés emocional, que a su vez obstaculiza el proceso.

Por otro lado, hay un cambio, a mayor o menor escala, en la actividad física de la persona. El reposo es la prescripción por excelencia y la más lógica. Sin embargo, ¿qué pasa cuándo disminuimos o cesamos la actividad física? Indudablemente la mente se vuelve más latente. Es como cuándo intentas meditar, sólo para descubrir el movimiento incesante de tus pensamientos. Cuándo la mente resalta más las emociones se alimentan, ya que estas son expresadas a través de los pensamientos.

La develación de la actividad mental constituye un punto decisivo importante. Ya sea que se opta por seguir alimentando las historias con más pensamiento, que sólo exacerbará el círculo emoción – dolor, o se aprovecha la oportunidad única de usar la comunicación física del dolor como medidor para entender cómo es que la mente influye sobre el cuerpo.

Esta segunda vía abre una nueva dimensión: en la medida que uno modifica sus pensamientos para que dejen de “estorbar” el proceso físico de sanación, se hace posible captar la respuestas del cuerpo, que son absolutamente objetivas, y que a su vez revelan componentes más sutiles del Ser. Todo a través de mera experiencia.

Sonará compleja esta vía, pero en realidad lo que está pasando es que se está simplificando la mente, para sólo sentir y vivir a través del proceso de reparación. La recompensa final podrá ser la resolución del problema, pero hay un regalo subyacente que se quedará con nosotros para siempre: el refinamiento de la escucha.

Miriam Hamui

Autor: Miriam Hamui

Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com

CompárteloShare on FacebookTweet about this on TwitterPin on Pinterest
Tagged on:                         

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *