images¿Qué dice tu cuerpo de ti?
Seguramente has observado a gente transitando o interactuando en un espacio público. Es curioso notar cómo la postura, los ademanes y los movimientos corporales de cada persona no sólo hablan de su estado actual, sino hasta de su posible historia de vida… Nuestras experiencias son continuamente grabadas en nuestro cuerpo y eso produce ciertas tendencias posturales y patrones de movimiento. ¿Es bueno? ¿es malo? No. Simplemente es.

Sería ilusorio pensar que podemos borrar toda nuestra historia y encontrar neutralidad con tan sólo corregir nuestra postura y re patronar nuestros movimientos. Somos seres dinámicos por naturaleza, por lo que continuamente nos afectamos por nuestro entorno. Sin embargo, existen varias disciplinas de auto realización, e incluso religiones que se sirven del cuerpo para producir cambios en la persona. ¿Por qué?

Imagina que te han propuesto dejar que las circunstancias moldeen el 100% de tu persona, ¿lo harías? Evidentemente, defenderías tu autonomía, de lo contrario, te perderías de ti mismo, ¿no es así? Ahora imagina que te has dispuesto a controlar absolutamente todo lo que sucede en tu vida, ¿serías capaz de dominarlo todo? Es más probable que mucho antes de eso venga la decepción. ¿Entonces, qué buscamos cuándo practicamos posturas de yoga o nos movemos repetitivamente durante un ritual religioso?

Lo que realmente sucede cuándo nos movemos con intensión es que llevamos nuestro ser completo hacia un estado neutro, aunque sea por unos instantes. Tocar ese estado, una y otra vez, nos recuerda que existe un punto esencial en nosotros el cual interactúa con los acontecimientos nuestra vida, pero al hacerlo, es capaz de preservar su integridad, ya que no existe nada más autentico que la esencia de uno. Es como retirar momentáneamente todo lo que creemos que somos y que por ende moldea nuestra relación con el mundo, para experimentarlo todo tal como es, sin distorsión, sin filtros.

De manera que el movimiento consciente produce un cambio profundo en nuestra psique, la cuál está compuesta de mente, intelecto, memoria y sentidos. El balance en nuestro cuerpo equivale a un reseteo de todas las historias que rondan en nuestra cabeza. Instantáneamente, se produce una sensación de limpieza y amplitud. Aunque el espacio puede ser rellenado enseguida por el procesamiento de nuevos estímulos, la nueva información entra sobre un lienzo puro, el cuál nos permite resolver con mayor efectividad. Entonces, las nuevas historias, ya no serán acumulación de viejas, sino más bien, retos que podemos confrontar de forma innovadora y creativa. Incluso, estos nos ayudarán a conocernos mejor ante contextos frescos.

Sostener tal visión requiere de constancia en nuestros rituales, ya que es la única manera en que nuestra esencia paulatinamente ganará terreno sobre nuestra conciencia, y es así como nuestras respuestas hacia la vida se transformarán y dejarán de ser meros patrones. Se trata de un proceso interminable, pero cada vez más dulce; se trata de un compromiso para siempre con nosotros mismos y con la divinidad que reside en nosotros.

Namasté…

Miriam Hamui

Autor: Miriam Hamui

Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com

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