La respiración misma ya está en una dimensión distinta a la del tiempo que comúnmente conocemos. ¿Te suena extraño esto?
Veamos: Nuestro día a día se rige por segundos, minutos, horas, días, meses y años. Todo ello es un compuesto de segmentos de momentos con duración específica. Son una serie de convenciones, quizá basadas en la observación del a naturaleza, pero siempre con la finalidad de facilitar la comunicación entre los hombres.
Aún así, el tiempo se siente distinto para cada individuo, y dentro de uno, el tiempo se experimenta diferente según la actividad que se esté desempeñando y/o el estado de ánimo predominante, ¿no es así?
Pasando al tiempo de la respiración, te propongo que en este momento dejes de leer y te dispongas a observar tu respiración durante un minuto. Mientras lo haces, es importante que permitas que esta se manifieste tal como está, sin que intervengas modificándola…
¿Ya lo hiciste?¿Pudiste detectar alguna rítmica específica, o más bien la respiración carecía de un ritmo exacto como el de los minutos y segundos? Yo le apuesto al segundo escenario; al menos, por experiencia propia, cada vez que observo mi respiración me doy cuenta de que ésta, por naturaleza, no encaja dentro de un tempo como el del reloj o el de la música. Aun así, podría hacerla compatible con ello a voluntad. ¡Así de noble es la respiración!
Lo que sí es una característica inamovible del tiempo de la respiración es que es un continuum, al menos mientras prevalece la vida biológica. Independientemente de que estés leyendo este artículo, hablando o escapando de una situación de peligro, siempre, pero siempre, inhalas y exhalas. Y si deliberadamente decides interrumpir este ciclo reteniendo la inhalación o la exhalación, invariablemente llega el momento en que el cuerpo exige el siguiente ciclo y no se puede ignorar.
Es ese continuum inevitable, que se deslinda de cualquier acto humano o estado mental, el que posiciona a la respiración en una dimensión distinta a la del tiempo determinado por la voluntad del hombre. Mientras que el segundo es meramente mecánico, el primero es orgánico, en el sentido más puro de la palabra.
¿Y qué yace debajo de esta manifestación incesante y somática de nuestra respiración? ¿Qué es lo que la hace ser? Puedes otorgar el nombre que tú quieras a la respuesta de esta pregunta, pero definitivamente ser trata de algo que rebasa nuestro libre albedrío.
Se antoja mirar a la respiración con más respeto, ¿no es así?
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La respiración es como la vida:
Podemos amoldarla y condicionarla
Pero nunca sabremos
Cuándo dejará de estar ahí.
Autor: Miriam Hamui
Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com
Hola Miriam! Me gusto mucho tu introspección. Ya alguna vez en una de tus clases nos habías hecho notar que ahí está, y que es algo que damos por un hecho.
De hecho, es la señal mas clara que nos da un cuerpo cuando esta vivo, y siento que de alguna manera deberíamos honrarla personalmente. Es una señal, un símbolo, un icono de vida, porque no prestarle atención de vez en cuando?
Precioso post!
Gracias, Dalia por tu hermosa retroalimentación. Me da mucha alegría saber que despertó en ti este reconocimiento tan elemental de la respiración y a la vez tan poderoso! Es siempre un placer compartir contigo!
Para que veas que tus enseñanzas no caen en un saco vacio… ves como todos dejamos alguna huella?
Un abrazo!
Miriam me encantó!
Gracias, Mery! Con mucho cariño!