images¿Crees tener dominio sobre tu práctica de yoga? Y no me refiero al domino de posturas, técnicas de respiración o de tu propia meditación. Aquellas sólo son herramientas que te asisten para serenar tu mente. El dominio va más en función a qué tan presente estas mientras practicas.

La presencia supone confianza, no en las instrucciones que recibes de fuera, sino en lo que tu propio cuerpo comunica. Cuándo te escuchas te honras, y al honrarte te haces presente en la versión más auténtica de ti.

Toma, por ejemplo, una postura (asana) que aprendes en clase, no importa qué tan simple o sofisticada esta sea. Si al ejecutarla lo haces pensando en como esta se aprecia desde afuera o cómo lo miraría tu maestro(a), ya perdiste, tu práctica deja de servirte a ti. Si, al contrario, tomas la instrucción y mientras ejecutas, simultáneamente exploras y permites que las sensaciones de tu cuerpo guíen tu movimiento y estadía, entonces la postura se construirá por sí sola y será perfecta para ti y sólo para ti.

Suena lógico lo anteriormente expuesto, sin embargo requiere de una auto observación constante. A ratos nos puede ganar el deseo, la vanidad o cualquier factor externo al que le ponemos importancia. Es perfectamente natural, ante tanto estímulo que el mundo nos presenta, nuestra atención puede trasladarse de un lugar a otro en cuestión de instantes, pero el yoga nos enseña justo eso: cómo recibir tales estímulos sin perdernos de nosotros mismos; cómo abordar una postura, una tarea o una situación familiar compleja manteniéndonos presentes, honrándonos primero.

Y regreso a la confianza. Esa base, ese sustento que existe dentro de nosotros para abordar la vida, no se hace visible si no cultivamos la confianza. ¿Y por dónde empezar?

Aprovecha tu misma práctica de yoga. No importa qué tiempo lleves practicando o si apenas empiezas, el contexto de una clase o una práctica a solas, no presupone un objetivo o alguna necesidad inminente, simplemente estás ahí para usar tu tiempo de una manera distinta. Por lo mismo, posees el escenario perfecto para explorarte y determinar que te comunica directamente tu cuerpo cuándo se acomoda y asienta en una postura, cuándo escuchas los espacios de silencio entre pensamientos y sobre todo, cuándo te das cuenta de que siempre eres asistido por tu respiración.

No siempre estarás ahí mientras practicas, pero con al menos un chispazo instantáneo de ese lugar sagrado en ti, ya adquieres la confianza de que siempre puedes retornar.

¡Esa es tu yoga, de ti, para ti!

¿Has disfrutado de esta lectura? Explora esta misma enseñanza en vivo a través de las clases que imparto regularmente o el próximo retiro que ofreceré. Si deseas comunicarte conmigo, hazlo aquí.

Miriam Hamui

Autor: Miriam Hamui

Miriam practica yoga desde el 2001 y enseña desde el 2008. También es educadora somática certificada por la escuela de Body Mind Movement. Ella combina sensibilidad y experiencia para guiar a sus alumnos hacia la práctica introspectiva y el movimiento consiente. De su cuerpo nace su escritura, que a su vez, inspira de regreso a su enseñanza. Conoce sus clases, eventos y libros publicados en www.miriamyoga.com

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